Cubiertas para luchar contra el cambio climático. Aunque de forma tímida, uno de los aspectos que se pusieron de relieve en la pasada COP25 fue el papel fundamental de los edificios en la lucha contra el cambio climático. Estos fueron señalados como agentes responsables de más del 40% de las emisiones, pero (y lo que quizá es más importante) como elementos capaces de mitigar el calentamiento global, creando espacios más limpios sostenibles y eficientes. Y los materiales son clave para lograrlo.
El empleo de productos y sistemas de última generación, capaces de contribuir a la sostenibilidad y la eficiencia del edificio a lo largo de toda su vida útil, garantizan la reducción del impacto ambiental del inmueble. Además, aplicando criterios de economía circular, los materiales no sólo deben aportar; también deben ser eficientes en sí mismos, reduciendo su huella ambiental a lo largo de todo el proceso de fabricación y ofreciendo la posibilidad de reciclarse al finalizar su vida útil.
Los sistemas para cubiertas en edificios construidos bajo el estándar Passivhaus son un buen ejemplo de cómo esta tendencia se aplica en edificación. Como el sistema Tectum®-First de BMI, aporta un alto nivel de aislamiento térmico y, además, garantiza la correcta impermeabilización de la cubierta.
Cubiertas para frenar el calentamiento global. Junto a la mitigación de las emisiones de CO2, otro reto al que deben enfrentarse las ciudades es el aumento de la temperatura. Las cubiertas vegetales (que ya fueron tendencia en 2019) siguen ganando adeptos y cada vez son más los partidarios (administraciones y particulares) que apuestan por esta alternativa a las cubiertas tradicionales.
Su instalación no sólo contribuye a reducir un par de grados la temperatura en las ciudades, sino que ayuda a limpiar el aire y mejora el rendimiento energético del edificio aportando una mejora en el aislamiento térmico y la posibilidad de reutilizar las aguas pluviales.
Sistemas como Nidaroof permiten acumular este agua sobrante y darle otros usos, como el riego de la cubierta ajardinada, mejorando la gestión de los consumos del inmueble.
Para edificios de uso industrial, donde el empleo de una cubierta ajardinada no es aconsejable, existen otras soluciones que contribuyen a reducir la emisividad térmica de la cubierta, como BMI Everguard, que aporta un acabado blanco de alta reflectancia.
- Cubiertas para ganar en eficiencia energética (dando cumplimiento a los objetivos de la Agenda 2030). La energía limpia y accesible para todos es uno de los 17 ODS que Naciones Unidas impulsa en el marco de la Agenda 2030. Las instalaciones fotovoltaicas en cubierta pueden dar respuesta a este reto, proporcionando el acceso a una fuente de energía limpia y económica a los usuarios de un edificio.
En España, la aprobación del Real Decreto, el RD 244/2019 abre un nuevo abanico de posibilidades y, además, posibilita el realizar una gestión más eficiente de la energía capturada, ya que permite que la energía no consumida por el inmueble se vierta a la red y pueda ser descontada de la factura final de los usuarios.
- Cubiertas para edificios de consumo de energía casi nula (dando cumplimiento al nuevo CTE). La modificación del Código Técnico de la Edificación, aprobada en diciembre, habla específicamente “de la mejora de la calidad de las envolventes térmicas de los edificios y del fomento del uso de las tecnologías más eficientes y sostenibles para su acondicionamiento, lo que permitirá alcanzar unas condiciones adecuadas de confort con el mínimo gasto energético”. Con este cambio, el Gobierno pretende adaptar el CTE a las nuevas exigencias en materia de edificación, que mejorarán las prestaciones de los edificios tanto en materia de eficiencia energética como en aquellos aspectos relacionados con la salud, el confort y la seguridad de los usuarios.
El aislamiento de la cubierta, como parte fundamental de la envolvente del edificio (por donde se puede perder hasta un 30% de la energía) será clave para dar cumplimiento a la nueva normativa. En este sentido, sistemas como BMI Tectum® Pro, que aportan un alto grado de aislamiento a la cubierta, ayudarán a dar respuesta a estos nuevos requerimientos, aportando un alto grado de confort en el interior del inmueble.
Estas son algunas de las tendencias que serán clave en 2020 y que cambiarán de manera definitiva nuestra forma de entender el diseño y construcción de los inmuebles.
fuente: quierorenovareltejado