La Asociación cántabra critica la «improvisación» de la restricción para trabajar en edificios habitados y destaca las medidas de seguridad
Era un momento largamente esperado desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el 28 de marzo un parón de la actividad no esencial desde el día 30 del pasado mes hasta el 9 de abril, que en la práctica se extendía hasta la conclusión de las fiestas de esta Semana Santa atípica. Parte de la industria y construcción nacional regresaron ayer, mientras que estos ámbitos productivos lo harán hoy en Cantabria. Sin embargo, en el último momento la Administración central hizo una precisión al sector del ladrillo que enfrió esa salida de la ‘hibernación’ sufrida durante dos semanas.
El Ejecutivo nacional publicó el domingo por la noche en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden del Ministerio de Sanidad para suspender la ejecución de determinadas obras de intervención en edificios que supongan la concentración de personas y compartir determinados espacios comunes con residentes u otros usuarios, al considerar que de esa forma se incrementa el riesgo de contagio por Covid-19. En cifras, esta restricción sobrevenida impedirá la incorporación a sus puestos de trabajo a un porcentaje importante del colectivo de la construcción regional, entre 2.500 y 3.000 trabajadores. El sector local da empleo a unas 15.700 personas, agrupadas en torno a 1.680 empresas.
El sector secundario retoma hoy la actividad a diferentes ritmos por sus diversas circunstancias
Los constructores también enviaron un comunicado de prensa para valorar la vuelta al trabajo del resto del colectivo, todo ello a pesar de que hoy es fiesta por convenio en el sector y que varias empresas han negociado con sus trabajadores cambiarlo para empezar a recuperar las horas del permiso retribuido disfrutado en los últimos días. Según la Asociación, los profesionales regresarán a la normalidad «y lo harán extremando las medidas de prevención, salud y seguridad ya adoptadas antes del parón, para tratar de evitar aún más los contagios y propagación del coronavirus».
No sólo eso. La agrupación empresarial defendió la vuelta al trabajo «por diversos motivos, como el hecho de que resulta imposible el teletrabajo en las obras. Sin embargo, esta actividad se puede organizar sin que conlleve riesgos para los operarios, al desarrollarse en muchas ocasiones en espacios no confinados, al aire libre y en los que las tareas se llevan a cabo sin contacto con particulares», adujo.
La ACP también subrayó que se trata de «un sector altamente estructurado y que, por lo general, ocupa a una población de bajo riesgo de contraer la enfermedad producida por el coronavirus, según las propias estadísticas del Ministerio de Sanidad. Y es que de acuerdo con el Informe del Observatorio de la Construcción, fundamentado en la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2019, el 86% de los trabajadores tiene menos de 55 años, de los que el 20% no supera los 35, y apenas el 16% del total son mayores de 55 años».
Diferencias en la industria
La industria no esencial, que también tuvo que mandar a casa a cerca de 20.000 empleados, igualmente irá regresando a la normalidad. Eso sí, con circunstancias diversas ya que en algunos casos todavía no han arrancado proveedores o no hay clientes. Saint Gobain PAM operará al 100% en su fundición, mientras que Bridgestone tiene previsto trabajar al 40% en Puente San Miguel. La compañía de ascensores IMEM lo hará a jornada completa y contando con trabajar varios sábados seguidos; mientras que Hergom también funcionará con normalidad en Soto de la Marina. Chassis Brakes en San Felices tendrá tareas de mantenimiento y cuatro líneas de producción -dos de productos atrasados y dos de recambios-. Equipos Nucleares también regresa a la normalidad.
Firmas como Ferroatlántica, Sidenor o Fermacell podrán elevar su producción tras estar estos días centradas en la exportación.
fuente: eldiariomontanes